Para un correcto mantenimiento del camión, así como para evitar las averías y controlar el consumo de combustible hay dos maniobras que cobran una vital importancia: la puesta en marcha y la parada del motor. Hoy os damos una serie de consejos para una conducción segura en referencia a estas dos maniobras.
Arranque del motor. La puesta en marcha del vehículo es una maniobra que puede parecer sencilla, pero es determinante para que el consumo y el desgaste del motor alcancen cotas muy elevadas si no se realiza correctamente. Por ejemplo, cuando las condiciones climatológicas exteriores son de bajas temperaturas, es normal pensar que los fluidos del vehículo como el aceite también estarán a temperaturas más bajas de lo normal y tendrán más problemas para llegar al grado de fluidez necesario para engrasar los puntos vitales del motor. Por ello, si no se respeta el régimen de vueltas y exigimos máximas prestaciones al vehículo en estas condiciones cabe la posibilidad de que causemos daños de consideración en el mismo, así como un mayor desgaste y consumo.
¿Cómo realizar el primer arranque?
Para conseguir de forma progresiva la temperatura ideal de trabajo con el motor rodando deben de seguirse una serie de pautas:
- Empezar a rodar cuando los circuitos de presión tengan el aire suficiente. No esperar a que el motor se caliente a ralentí ya que se consumirá combustible no productivo.
- Realizar las aceleraciones de forma progresiva.
- No cambiar de marcha si pensamos que vamos a tener que cargar demasiado el acelerador.
- Cuando se consiga la temperatura adecuada, conducir dentro de la zona económica pudiendo ya exigir prestaciones al motor.
Parada del motor. La otra maniobra de la que hablábamos y que será importante en una conducción segura y correcta del vehículo hace referencia a la parada del motor. Son muchas las costumbres que se tienen al respecto y que no son beneficiosas para el vehículo. La parada del motor es otro momento crítico, ya que el motor está caliente y todos los mecanismos auxiliares pueden estar trabajando a pleno rendimiento. Por ello es recomendable que el motor permanezca a ralentí durante 3 o 4 minutos para evacuar el exceso de calorías antes de pararlo. En este aspecto hay que tener en cuenta que el turbo gira a más revoluciones que el motor y si lo paramos con el turbo embalado, este podría girar sin engrase.
Una buena conducción y un buen mantenimiento del vehículo te garantizará una ruta sin incidencias. En Callizo apostamos siempre por la seguridad de nuestra flota y, sobre todo, de nuestros profesionales.