Desde finales del pasado año ya hay un acuerdo entre Reino Unido y la Unión Europea para llevar a cabo el Brexit. Un proceso que afecta a nuestro país más de lo que se esperaba en primera instancia. Gran Bretaña pasará a ser un país tercero, por lo que las exportaciones, importaciones y el transporte de mercancías desde España estará sujeto a nuevas restricciones. Por ejemplo, el 20% de los aguacates que se producen en Andalucía, terminan en Reino Unido y, aunque no pagarán más aranceles, sí que se verán afectados por la burocracia y los mayores controles en las fronteras.
España vende a Reino Unido cada año 20.000 millones de euros en mercancías y aunque nuestro país tiene ventajas gracias a los camiones frigoríficos, este tipo de vehículos necesitarán otro tipo de permisos especiales al estar entrando en un país no europeo. Un tercio de nuestros productos salen desde el puerto de Bilbao.
Posiblemente estos factores terminen provocando que nuestras exportaciones cambien el transporte terrestre por el marítimo.
Pero este acuerdo no solo es perjudicial para los productos españoles, sino también para Reino Unido que a finales del año pasado vio como los controles de la frontera provocaron el colapso y el posterior desabastecimiento de sus supermercados.
En resumen:
- Aunque los transportistas españoles podrán seguir circulando, habrá que atender a nuevas trabas burocráticas y controles en la aduana.
- No se ha puesto cupos ni límites ni al transporte ni a la cantidad de mercancía a exportar e importar.
- Todos los transportistas que traigan o lleven mercancía (incluso yendo de vacío y crucen por el Canal de la Mancha sea por barco o tren, en el Eurotúnel, deben llevar un permiso KAP (Kent Permit Access)) La multa por no tenerlo es de 300 euros.
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